lunes, 17 de junio de 2013

LO QUE CASI NUNCA VEMOS


La verdad es que me gustan las trastiendas, los making of, lo que ocurre entre bambalinas, más allá de las cámaras o en un backstage, la cara B de las cosas y los sitios... Siempre es interesante, constructivo, curioso. Aprecias el ingenio y la eficiencia con la que unos y otros trabajan, eres testigo de un intenso proceso creativo, de los muchos detalles y aportaciones que acaban componiendo un producto final.
Esos rostros frescos y sin supuesto artificio cosmético que a menudo admiramos probablemente hayan consumido hora y pico de minucioso quehacer de una maquilladora. Que el personaje resulte favorecido debe a veces mucho más a la iluminación de la qie alguien encarga a instancias del fotógrafo que a la propia fotogenia de la persona retratada. Que el fotógrafo, su ayudante, la maquilladora y el peluquero hayan aparecido en la hora y el lugar acordado colleva un trabajo intenso de producción. Que hayan cuadrado las fechas ha costado numerosas llamadas y mensajes... Pero cuando por fin se superan la mil trabas y arranca la sesión, surge la magia. Todo el mundo aporta ideas, cede cuando hay que ceder y se esfuerza por resolver con la imaginación los imprevistos que surgen. Hay química, buen humor, complicidad y ganas de que el trabajo salga bien. Todo se coordina como en un ballet.
                                                                           -Texto de María Dueñas con modificaciones-
 


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